dimecres, 1 de desembre del 2010

Aunque cueste, sigue



Me acuerdo que, con 8 años, me presenté para examinarme para sacar el cinturón amarillo de karate. Al preparármelo, lo pasé fatal. Aunque, era el más fácil, es el que más me costó. Pero seguí hasta que lo conseguí. El día del examen, iba muy nerviosa, lo hice y, al final, solo me dieron medio cinturón. Pero aún así, me volví a examinar y, lo conseguí, al final pude sacarme el amarillo entero.
Con constancia y esfuerzo, todo se puede conseguir.

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