Mireia es una chica de 10 años que vivia en Noruega. Allí hacía mucho frio y las noches eran heladas. Una noche, cuándo estaba en la cama, Mireia vió una luz muy brillante desde la ventana. Mireia, un poco asustada pero a la vez fascinada. Abrió la ventana y se reenclinó hacia fuera, para ver que pasaba y de repente se cayó. Estaba aterrorizada y cerró los ojos. De repente se encontró en un mundo divertido, extraño y colorido. Había tuboganes, columpios y a lo lejod un mar precioso y decidió ir a bañarse en él. Estaba en el agua, estaba calentita y algo la cojió del pié y se submergió en su interior. Se quedó atónita, ¡podía respirar! Después pensó, un mundo tan bonito y divertido no podía ser real. Entonces, una gota le cayó en la mejilla, eran las goteras de su habitación. Se sintió decepcionada. Ese mundo no era real, era producto de su imaginación, un sueño. Pero de repente volvió a ver esa luz tan brillante y cáida que provenía de su ventana.
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