divendres, 25 de març del 2011

África

Hola, me llamo Ainoa y me fui a visitar África hace dos meses. He venido para estudiar su lengua y sus costumbres. Este pañis es hermoso tanto por sus paisajes, la fauna, las puestas tan impresionantes del sol...

Pero aquí hay una gran pobreza, los niños se mueren de hambre, y no solo los niños. Hay una história que me impresionó mucho.

Estaba recorriendo una hermosa planada llenas de arboles y algún que otro animal. De repente, vi a una figurita tan delgada que casi era impercedible a escasos metros. Era un niño de no mas de 4 años, que estaba en el suelo, no muerto de hambre pero casi. Pero lo peor es que, a su lado, un buitre estaba esperando a que el niño perdiera su vida.

En seguida cojí a ese niño y lo lleve conmigo. Le dí agua y alimentos. No había ninguna tribu cerca, así que me lo llevé conmigo.

Y está aquí, a mi lado, caminando hacia la nada, para ver si encuentro alguna tribu que lo pueda cuidar.

Ese niño no hablaba y no podía andar, así que lo llevaba en brazos.

Esta situación en la que me encuentro me ha echo replantearme el quedarme aquí en África, o irme a casa. Esta història me ha perforado el corazón, es muy triste que sigan pasando estas cosas.

De repente una lágrima se deslizó por mi cara, pero me la sequé al momento.

De repente observé a lo lejos. Había un pequeño pueblecito al final.

Fuí lentamente, para allá, para no despertar al niño que dormía en este momento entre mis brazos.

En efecto, era una tribu. Pero no hablaban mi idioma, así que intenté hablar lo poco que sabía. Algo entendieron, supongo, porque, cojieron al niño y lo llevaron a dormir.

Me quedé en esa tribu durante unos días. El niño había engordado un poco. Estaba mucho mejor de cuando lo encontré. Las mujeres que fundaban esa tribu eran muy amables. Te daban de comer, te saban bebidas... Pero claro, también tenías que trabajar. El niño ya era de la família. Yo me había encariñado mucho con ese niñito con esa mirada que te entra dentro.

Yo ya pronto me marcharía hacia España, porque mi billete caducaba en 3 semanas.

Yo ya me había acostumbrado a la vida en la tribu. Ya había aprendido un poco mas el idioma y el niño estaba bien de salud.

Desafortunadamente ya han pasado estas 3 semanas que, se me han pasado volando. Me da mucha lástima dejar la tribu, dejar a Mike, nombre que le he puesto al niño, y esos hermosos paisajes que nunca olvidaré.


Estoy ahora mismo en el aeropuerto acompañada de Mike y una mujer de la tribu. No quería dejar a Mike allí, pero no sabía como llevarmelo.

Ya suena por el megafono la alerta, ya tenía que subirme al avión. Mike me dio un abrazo y un beso en la mejolla entre lagrimas. La mujer de la tribu me hizo un saludo de agradecimiento.

Me he subido al avión con mucha pena en el corazón. Mientras pensaba en qué iba hacer cuando llegara, se me acurrió pedir a un grupo que se llamaba “Salva una vida en Africa”. Pensé que a lo mejor me dejaban adoptar a Mike. Como no tenía madre...

Al llegar junto a la puerta de la asociación pensé : - El es muy feliz allí, jugando

con otros niños de la tribu y está muy bien alimentado.

Mejor, pensé, estará bien allí.

El año que viene ya tengo pensado irme al Africa para verle.

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