dimecres, 28 d’abril del 2010

Desaparecidos

Hace unos cuantos años, en un pueblo de Andalucía llamado Almonte, unos alumnos iban a hacer una obra de teatro llamada “Sant Jordi” para la escuela. Lo iban a hacer unos alumnos de sexto, en la obra habían muchos personajes, como por ejemplo, la princesa, el pueblo, el Rey y la Reina, etc. Más tarde, una niña llamada Naiara se presentó al casting para ser la princesa, y la seleccionaron. Naiara no tenía padre. Ella era la alumna más entregada de sexto y se quedó ensayando en el gimnasio el día antes de la actuación que era frente a todo el colegio de primaria, el CEIP Marià Galí, pero esa noche oyó un ruido, algo extraño que nunca había escuchado, estaba asustada, no sabía que hacer, fue sigilosamente hacia el y...no había nada, absolutamente nada. Se fue a su casa intrigada por saber que era lo que oyó, pero nada más pensarlo, lo volvió a oír. Empezó a correr, y esa cosa la empezó a seguir. Cada vez, Naiara corría más y más rápido. De repente, de lo rápido que iba, no se dio cuenta de una piedra que había por el camino y se tropezó. Estaba muy asustada, intentó escapar, pero se dio cuenta de que se había roto el tobillo y no podía escapar de allí. La cosa se acercaba, cada vez el ruido se oía más y más fuerte. Al día siguiente Naiara no apareció ni por casa ni por el colegio, todos se preguntaban dónde podría estar. La madre muy asustada llamó a la policía, pero la policía le dijo que hasta que no pase una semana no podían empezar a buscarla. La madre estaba indignada, aunque no dijo nada. Habían pasado tres días y la madre no podía aguantar más.


Completamente sola


La mañana siguiente, la madre fue a quejarse al ayuntamiento y a lo que hiciera falta, pero no había nadie, ni en la calle ni en el ayuntamiento, nadie ni nada. Todo estaba completamente vacío. La madre se asustó. Llamó a su amiga, pero no le contestaba.

Cuando reaccionó, se subió al coche para huir, pero no arrancaba. Entonces se fue corriendo hasta la gasolinera y puso gasolina. Se fue a la otra punta del país. Durante el viaje veía que los pueblos de alrededor estaban vacíos, solitarios.

Cuando llegó a los pirineos catalanes encontró a su hija en un rincón dentro de la nada.

Su hija estaba muy delgada, desorientada, pálida y hambrienta. Su madre fue corriendo hasta ella pero cuando fue a abrazarla, se dio cuanta de aque lo que estaba intentando abrazar era un espejismo. Ella estaba desconsolada y sin saber qué hacer. Se desmalló repentinamente. Cuando se despertó, estaba en una choza mal hecha y rodeada de gente extraña y desconocida. Ellos eran una tribu nómada que la habían rescatado y le dieron de comer y de beber, a partir de allí la dejaron libre.


Reencuentro


Aún conservaba el móvil y le dio por llamar a su hija. Rezaba para que contestara, y de repente, una voz muy débil contestó.

La madre estaba muy ilusionada. Le preguntó a la voz débil si era Naiara y le contestó que sí. Preguntaba dónde se encontraba, pero ella no lo sabía, estaba completamente desconcertada y desorientada. Le dijo que hacía mucho frío. La madre prensó que la podría llegar a encontrarla. La madre le dijo que pusiera música, la que sea y lo más alto que pudiera. La madre oyó algo y siguió el ruido tan rápido como pudo.

Pasó media hora y aún no llegaba, le pareció, de vez en cuando que se alejaba de la música pero luego la volvía a oír mejor.

A lo lejos vio una silueta tumbada en el suelo, sin fuerzas, casi ni para respirar y totalmente débil. Fue corriendo hacia ella y la abrazó. Era ella, su hija. De lo feliz que estaba se puso a llorar. La niña no había comido nada en dos semanas y su madre no llevaba comida. Cuando pasaron cuatro hora, su madre la tenía entre sus brazos gélidos intentando que sobreviviera, pero no lo hizo. Naiara murió en los brazos de su madre.

La madre quería morir, ya no le importaba nada, ella era lo único que e importaba y ya no la tenía. Entonces la agarró de la mano, y se fueron hacia un acantilado. La madre agarró a su hija, sin alma y sin vida y se tiró. Dos años despues fueron encontradas y enterradas juntas.

Nadie nunca llegó a saber lo que pasó, y posiblemente nadie lo sabrá.


FIN Paula Ortega Romero 1D


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