divendres, 17 de setembre del 2010

Relato de viaje!



Tenerife!


Este año me fui a Tenerife de vacaciones. Llegamos al aeropuerto dos horas a

ntes de embarcar. Todo fue muy rápido, y fuimos a mirar las tiendas del aeropuerto. Cuando despegamos sentí mareo, pero se me pasó al rato. Cuando llegué al aeropuerto de Los Rodeos (Tenerife norte), lo primero que vi fueron palmeras y un paisaje casi desértico, rocoso y casi abandonado, era muy bonito y exótico.

El primer día, fuimos a ver el pueblo, para pedir información. Todo era muy rústico, y las playas son de arena volcánica (de color negro).

El segundo día fuimos al Teide, una montaña preciosa, que curiosamente es el pico más alto de España. Íbamos subiendo y me dí cuenta de que había una roca muy rara en forma de flor, era muy grande y hermosa llamada la roca de la rosa. Al rato de subir un poco, si mirabas por la ventanilla del coche, se veían las panzas de burro (son nubes bajas que se qued

an estancadas en las montañas).

Subimos hasta los 2.500 metros, más o menos. Para subir mil metros mas, es decir, a la cima del Teide, tenías que ir en teleférico, pero nosotros nos quedamos abajo, ya que era un poco caro. Allí arriba hacía mucho más calor que en el pueblo de Puerto de la Cruz, ya que allí daba el sol, y no lo tapaban las panzas de burro.

El tercer día recorrimos toda la isla en coche, pasando por el árbol milenario (drago mil

enario) que es un árbol grandioso, que tiene muchas raíces. Después fuimos hasta la playa de los Cristianos, pasando por la playa de las Américas. Me decepcioné mucho al llegar, ya que me esperaba algo más, ya que eran las mismas playas de arena blanca que en España. Allí eso es muy raro, porque lo normal es la arena volcánica, lo que para nosotros es lo exótico.

Estuvimos en la playa de los Cristianos hasta la hora de comer.


El cuarto día nos dedicamos el día a ir a visitar los museos del pueblo. Fuimos al Museo de Arte Contemporánea, y luego al centro histórico. Por la tarde, hice lo mismo que todas las otras, ir a la piscina del apartamento a nadar un poco y así descansar del duro día.

El quinto día estuvimos todo el día en la piscina, ya que era domingo y queríamos descansar un poco del ajetreo de la semana.



Al día siguiente, fuimos al Loro parque, nosotros ya habíamos comprado la entrada para no hacer cola pero, nada más bajar del trenecito que te llevaba hasta allí, vimos que había más cola para entrar los que ya tenían entrada, que para los que aún la tenían que comprar. Estuvimos como un cuarto de hora para entrar, y muchos que no tenían entrada pasaron antes que nosotros.

Cuando ya conseguimos entrar, vimos que allí no se podía estar, ¡Había demasiada gente! Eramos muchos, pero bueno. Al entrar cogimos un mapa para no perdernos, ya que eso era bastante grande. Empezamos por el aquárium, habían pingüinos y muchísimos peces, tiburones, rayas, etc.

Luego pasamos a ver el espectáculo de los delfines, pero de camino vimos que había un tigre blanco. ¡Era precioso y muy raro!, había uno normal y uno blanco. Era hermoso. Después fuimos a ver de verdad el espectáculo de los delfines. Había muchísima gente que quería entrar a verlos, como nosotros, pero tuvimos suerte y fuimos de los primeros. Cuando nos sentamos, empezó a entrar mucha gente y al cabo de cinco minutos, todos los asientos estaban ocupados. Pasó igual con el espectáculo de las orcas, el cual vimos después de los delfines

El penúltimo día de estar allí, fuimos al jardín botánico, que lo teníamos a 5 calles de nuestro apartamento. Estuvimos una hora o así, pero ya estábamos muy cansados y nos fuimos pitando cuando acabamos de verlo todo. Y por la tarde, otra vez piscina.


El día de irnos ya teníamos muchas ganas de llegar, pero el avión se retasó una hora y media, y se nos hizo eterno. Cuando al fin pudimos entrar, nos sentamos en nuestros asientos respectivos y...relax.

Llegamos a Barcelona sobre las 21:00 horas. Entre que cogimos el equipaje y fuimos al aparcamiento de larga estancia para coger el coche, ya era muy tarde. Llegamos a Terrassa a las 22:30 horas y nos fuimos a cenar por ahí.


Al llegar a casa, lo primero que hice fue ponerme el pijama y tumbarme en el sofá, y una media hora más tarde nos fuimos a la cama y caímos rendidos.

Fue un viaje muy chulo, pero al final echas de menos tu cama, tu casa, tus amigos, y sobre todo la comida, ya que allí solo comíamos pasta y pizza.

Espero volver otra vez a Tenerife, y pasármelo tan bien como me lo pasé estas vacaciones de verano 2010.


Paula Ortega 2nB